"Cuando menos te lo espera salta la liebre" dice este refrán tan conocido por los cazadores, otra de mis grandes aficiones el campo y el tiro al plato, mi vida en esta aficiones esta repleta de recuerdos en mi casa, placas, medallas y trofeos.
En alguna grabación de Magia aparece de fondo una de las vitrinas que tengo en casa con enormidad de trofeo pero es sin duda que ninguna se puede comparar con la magia, ya que esta me llena de una satisfacción personal en mi interior que ninguna otra lo consigue.
Pues si señor fue el miércoles día 24 una tarde maravillosa de magia.
Eran las 6 de la tarde cuando suena el timbre y llegó a casa a visitarme Rubiales, pasamos a mi estudio y charlamos los dos como en los buenos tiempo, le pregunté si conocía la disminución de Baraja en la mesa y del estuche la cual se encontraba encima de la mesa por estudios mío sobre ella, pero a los pocos minutos llamaron y eran Juan Luis y Fernando de Jerez.
En este momento entra el delirio de los juegos, fueron un rato con juegos de cartas novedades y yo personalmente me trague cuatro ó cinco juegos ya que soy persona tremendamente inocente para ver ó pensar el juego.
Yo siempre estoy pendiente de las presentaciones y ya después si el juego me puede encajar en mi estilo pregunto por el.
Recuerdo tres prediciones de tres cartas de Fernando, un juego de Riobo que hizo Rubiales, un clásico de Reloj, también por Rubiales y varios más.
Suena el timbre nuevamente y entra en la tertulia Pepe Carmé al cual le invitamos a que se quede con nosotros,suele ser costumbre personal mia en mi casa todo quedó improvisado, y fue entonces cuando Rubiales se sentó en mi sitio en la mesa y nos deleitó con las Monedas y la Caja Opongo durante un par de horas larga y no dejó de explicar todos los juegos con los detalles más pequeño de cada uno, fue una maravilla, yo conocía el tema desde hace varios meses pero son tantas las mejoras que tiene en sus rutinas que llegamos al delirio de la Magia todos alredeor de el,no más de un metro.
Primero sus rutinas y luego explicación detallada de las mismas sin que nadie le preguntara por su explicación todo salió de su interior en explicarlos.
GRACIAS JUAN LUIS por tener este detalle en mi casa ya que todos se fuerón encantado con esta sorpresa sobre todo yo mismo.
Fue todo, maravilloso, fantástico, para mí el éxtasis mágico, de verdad, llegó con Plata y Cobre.
Un abrazo.
Juan
Juan, no conocía esa afición tuya a la cinegética y al difícil deporte del tiro al plato, y menos el que hayas sido tantas veces campeón.
ResponderEliminarSin embargo y evidentemente no puede tener esa afición punto de comparación con la Magia, pues como bien dices: "pero es sin duda que ninguna se puede comparar con la magia, ya que esta me llena de una satisfacción personal en mi interior que ninguna otra lo consigue".
Ya lo explicaste en tu entrevista en Tele Puerto Real, que tú no veías ni leías otra cosa que Magia, a lo que Ana Zambrana replicaba que qué bueno y que hacías muy bien porque eso era lo que te gustaba. La Magia es un don, pero no solamente entendido como un talento artístico, sino un don de Dios para aumentar la calidad de la vida, un puntito de dulzura en la existencia, una cucharadita de miel que nos da San Juan Bosco, y hasta una tabla de salvación tantas veces.
Una habitación personal para no molestar a la señora de la casa, una mesa, un tapete, unas barajas, un aro con su cuerda enhebrada, unas raras monedas que no tienen curso legal en España... Ya sólo faltan unos amigos y se hace la felicidad, en una burbuja eterna que parece que no puede explotar nunca, aunque por desgracia siempre termina rompiéndose. Pero mientras dura es eterna. Enseñar entusiasmado tu último descubrimiento, lo último que has aprendido y de lo cual te sientes orgulloso, y también analizar las sorpresas que los amigos te traen de lejanas tierras o de horas de creación y estudio a solas.
Esos momentos en los que el tiempo se detiene, y que Fu Manchú comentaba en el prólogo de Navajas y Daltonismo que de repente aparecía por la puerta la esposa de Dai Vernon para traerles el desayuno a ambos dos. Y los hombres curtidos vuelven a ser niños, los problemas se quedan afuera y se retornan del pasado aquellos infantes que jugaban a las canicas con las cabecitas juntas, que iban pasando cromos con el clásico lo tengo, lo tengo, lo tengo, lo tengo, ¡no lo tengo!...
Pocos entenderán que no hay nada más hermoso que una sota de espadas sobre un tapete verde, o un paquete postal cerrado que abres mientras relucen por primera vez en tu casa los destellos de un extraño gimmick que te acaban de enviar y que todavía no sabes cómo puede dar lugar a las maravillas que te han prometido.
La sensación táctil que tiene un mago de una baraja, una moneda o una esponja nadie la ha conseguido ni con ayuda de LSD. Es una dimensión oculta, una cueva de Alí Babá cuyo ábrete sésamo son las palabras: quiero aprender Magia. Y entonces la roca se aparta, y algo multicolor brilla en la oscuridad de la cueva. El adulto se queda fuera y el niño entra, porque allí dentro es donde se esconden los niños que todos fuímos y que pocos saben adónde se fueron.
¡Lo pasamos como enanos!
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